El curso siguiente de empezar con el programa "Nos conocemos Mejor, Nos Relacionamos Mejor", decidimos incorporar la mediación a nuestra labor de mejorar la convivencia.
También entiendo por qué y cómo actuó la otra persona como lo hizo.
Aprendemos para no repetir situaciones, palabras o actos que no nos aportan nada, que nos quitan energía y nos llenan de rabia, frustración, enfado, impotencia, malestar,...
Si no aprendemos de lo que vivimos y lo que hacemos no nos conviene porque nos genera situaciones incómodas y desagradables, lo mejor es buscar alternativas y la mediación las ofrece.
Al empezar el curso se explica al alumnado los métodos que tenemos para mejorar la convivencia, les comentan los mediadores o los guardianes que no deseamos que nadie diga el domingo por la noche: "¡qué horro!, mañana tengo que ir al instituto y lo voy a pasar mal porque me van a insultar, se van a reír de mí, me sentiré sola, o cualquier otro motivo".
Hemos observado que las personas que tienen un conflicto y lo resuelven con una mediación no suelen volver a tener otro entre sí, aprenden a convivir mejor, que es de lo que se trata.
Es una lástima que la sociedad esté tan judicializada y no se incline más hacia la mediación, es muy interesante ver cómo las personas con conflicto son capaces de encontrar soluciones pactadas sin necesidad de que un tercero les diga lo que tienen que hacer. Así maduran, crecen y se convierten en ciudadanos responsables.
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