domingo, 20 de octubre de 2013

Heavy metal, no tan duro

Después de fiestas pensé que era un buen momento para iniciar las actividades en ciclos formativos y PCPI. El nuevo equipo directivo planteó esta posibilidad porque los últimos cursos habían surgido problemas de convivencia, pero la verdad es que después de "jugar" con ellos puedo decir que los chicos del metal no son tan duros, al menos los de este curso.
Lo tenía todo programado, hablado con los profesores implicados y preparado para evitar, o reducir los sustos de última hora.
La primera actividad que hemos realizado sobre cómo funcionan los grupos y por qué suceden así las cosas hablaba sobre el rango.
Es una palabra corta pero difícil de definir para nuestros alumnos, no importa, les ayudamos un poco y ya está. Como decía uno "eso es el nivel", perfecto, de ahí tiramos un poco y vamos sacando ideas y sentido para colocárselo a la palabra. Vamos a hablar de la importancia que uno tiene en un grupo, de que el rango es contextual, o sea, que en unos grupos tienes mucho y en otros grupos nada, o casi nada. 
Les comentaba que en un avión iba mucha gente, entre ellos un carpintero y un cirujano cardio-vascular importantísimo, muy rico y reconocido. Pero si el avión se estrella y solo quedan ellos dos en una isla desierta: "¿Quién tendrá más rango?", casi todos dijeron que el carpintero, alguien comento que el cirujano y un compañero le aclaró: "no, hombre, que el carpintero sabe hacer una casa y el otro no". Exacto, lo ha comprendido y además, lo ha explicado perfectamente. Antes de despegar el avión, era el cirujano quien tenía un rango importante, por su dinero, por su posición social, por el reconocimiento en su profesión; el carpintero era uno más, sin más. En la isla todo cambia, el cirujano trabaja con sus manos, pero de una forma muy diferente, no le sirve de mucho un bisturí si tiene que cortar un tronco; el carpintero puede hacer una casa, una barca, puede construir herramientas que les ayuden a conseguir comida.
Una vez terminadas las aclaraciones sobre el rango les invité a realizar un viaje. En uno de los grupos un alumno me comenta: "a mí me duele una pierna", nos reímos todos, en realidad era un viaje imaginario a un planeta lejano, o dos. Les propuse un juego para que utilizaran su rango y vieran cómo lo hacían y cómo les sentaba cuando lo utilizaban los demás. En el primer planeta los más altos tenían más rango y podían dar órdenes a quienes eran más bajos, y los más bajos debían obedecer las órdenes, en el segundo al contrario.
Fue muy curioso ver cómo todos entendieron que debían dar órdenes y que se podían escaquear de realizarlas, justo lo contrario de lo que propuse. En uno de los grupos antes de que dijera la misión, al conocer quien tenía menos rango todos asumieron que era ella sola quien debería realizar sola toda la misión.
Después de jugar nos sentamos de nuevo y hablamos de lo sucedido, "¿alguien pidió por favor?", "¿alguien no dio órdenes?", "¿a alguien no le dieron órdenes?", "¿alguien trabajó sin que se lo indicaran, de forma voluntaria?", "¿qué pasa cuando tengo poco rango y siento injusta la situación?", "¿qué pasa cuando he tenido poco rango y ahora tengo mucho?", "¿qué pasa cuando he tenido mucho rango y ahora tengo poco?".
Fuimos viendo la necesidad de conocer qué rango tenemos en cada grupo y así poderlo utilizar bien, quedó claro que si abuso de mi rango y causo dolor a alguien, esa persona buscará venganza y cuando lo consiga y me cause dolor, seré yo quien desee vengarme. Ese ciclo solo se corta con diálogo y ganas de resolver la situación. Muchas veces pensamos que nos tienen manía, que siempre van a por nosotros, que no entendemos lo que pasa, pero si lo analizamos despacio quizás nos demos cuenta de que no hemos sabido reconocer nuestro rango, lo hemos utilizado mal y ahora nos toca pagar las consecuencias.
Al despedirme les propuse que observaran su rango en los diferentes grupos en que se mueven y que intentaran ser conscientes de cómo lo utilizan. 

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