El siguiente paso:
- - Programa "Nos Conocemos Mejor, Nos Relacionamos Mejor"
- - Mediación
- - Creamos el "AULA DE CONVIVENCIA"
- - Añadimos "LA HOJA DE REFLEXIÓN"
Antes de que existiera el aula de convivencia, al alumnado que era especialmente disruptivo y que no respondía a las llamadas de atención del profesorado, se le expulsaba a la biblioteca. Descubrimos que se "hacían quedadas" y la biblioteca se llenaba de alumnado complicado que se limitaba a organizar momentos muy difíciles de gestionar para quien estuviera allí de guardia.
Hubo un proyecto precioso para dignificar la biblioteca y ello favoreció la idea de crear un espacio nuevo llamado "Aula de Convivencia".
No fue fácil encontrar el lugar adecuado, pero tras un par de intentos se consiguió un espacio pequeño entre Jefatura de Estudios, Dirección y el Departamento de Orientación.
Tampoco fue fácil que el profesorado aceptara este espacio con agrado, con el tiempo si. De hecho en este curso la hemos echado mucho de menos.
El Aula de Convivencia no era solo un lugar para "aparcar al alumnado", era y es un lugar de reflexión, además se baja siempre con tarea que prepara el profesorado que expulsa a ese alumno o alumna.
Al curso siguiente de crearla se elaboró la hoja de reflexión, un folio que el alumnado debía rellenar para reflexionar sobre lo sucedido y ver qué podría hacer para mejorar esa situación.
En la hoja de reflexión se sigue la línea de la Comunicación No Violenta, "hechos - pensamientos - sentimientos - necesidades", por un lado las del alumnado y por la otra cara las del profesorado.
Fue curioso analizarlas y descubrir que lo que más necesitaba el alumnado era una segunda oportunidad y pensaban que el profesorado estaba cansado de lo mismo.
Lo primero nos hizo pensar (al Seminario de Convivencia) que debíamos hacer explícitas las llamadas de atención para que entendieran cual era su segunda oportunidad y que si no la aprovechaban irían al aula de convivencia.
Lo segundo confirmó que el alumnado es consciente de cuándo está teniendo un comportamiento inadecuado y que es reiterado a lo largo del curso.
El profesorado que estuviera allí debía entregar la hoja de reflexión y ayudar a rellenarla, comentar las preguntas, lo que se respondía.
Resultó interesante ver cómo pasamos de hacer "quedadas" para que me expulsen de clase a pedir "por favor" que no se les expulsara, que iban a retomar su actitud. El Aula de Convivencia tuvo menos visitantes progresivamente, exceptuando algún día puntual, casi era aburrido estar de guardia.
El Aula de Convivencia no solo servía para las expulsiones, yo, Cuca, permanecía allí 3 recreos (siempre el segundo, el primero era para el bocadillo) a lo largo de la semana para quien quisiera venir a comentar algún incidente de clase o cuestiones personales. Creo que ese tiempo ha sido el más bonito y gratificante que he vivido, he compartido momentos preciosos, íntimos, de risas, de dolor, dudas, en fin, un poco de todo, pero siempre interesante. Desde aquí quiero agradecer a todo el alumnado que pasó por allí lo compartido conmigo y la confianza que depositaron en mí, así como pedir perdón si en algún momento no lo hice bien y pude perjudicar a alguien, jamás tuve esa intención.
Espero y deseo que se pueda retomar este rincón del instituto después de la pandemia.
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